Cuando leáis TRES, gritad lo que os
pida vuestro corazoncito en este día tan especial.
UNO...DOS...TR¡Viva Andalucía! Miles de banderas nigerianas cuelgan
de los balcones con flores, y millones de montaditos a precio
simbólico se venden desde la sierra de Aracena al cabo de Gata en
beneficio de asociaciones, mientras la gente de bien comemos en los
buenos restaurantes y por ser del Sevilla en nuestro Land Rover sólo
está la bandera rojigualda con el toro de Osborne, nada de
blanquiverde, que eso es de muertos de hambre.
Viva Andalucía, pero que viva libre.
Libre de terratenientes que sólo tienen tierras y oprimen al pueblo.
Libre de terratenientes aristócratas, que según nos cuentan no
poseen capital ¿qué clase de pijo es ése? La tierra es para quien
puede pagarla. Encima dicen que los andaluces no queremos prosperar,
cuando hay algunos como los de mi familia que no dudamos en pagar una
miseria a los jornaleros con tal de que coma más nuestro caballo.
También estaría bien que fuera libre de impuestos, la verdad es que
nos gustaría contratar a más gente y difundir nuestra obra social.
Porque sin impuestos, no existiría el PER y contrataríamos a muchos
más jornaleros por lo que cobran ahora del subsidio agrario,
generosos que somos.
Y una vez que estuviera libre, ya
podríamos agitar la bandera, blanca como la paz que significaría la
ansiada victoria del campesino y el reparto de tierras, blanca como
la cocaína ligada al asunto de los EREs; y verde como el olivo, o
como el color de la absurda esperanza que depositaremos en las urnas
para que hagan un recuento, la lleven a un juzgado y la destruyan.
Pero Andalucía también se colorea con el negro, de la piel del
jornalero, y de la del señorito que veranea en Benalmádena y se
tuesta en sus paseos a caballo y sesiones de rayos UVA; con el rojo
de las narices de payaso de los “rojos socialistas” apoltronados
en la Junta y muchos ayuntamientos; con el azul del océano del que
viven nuestros pescadores y el azul del que se apoltronará en la
Junta; con el amarillo del sol, la arena de la playa, y del terreno
donde se levanta el hotel El Algarrobico; con el morado de los
penitentes el Viernes Santo [---Introduzca aquí tres golpes en el
pecho---] y el morado que cogemos los pocos afortunados que no
trabajamos en festivos.
Y si no les parece suficiente para
saber que ésta es la nación dentro de España que más palos ha
recibido desde que llegaron los fenicios, sólo tienen que fijarse en
que estamos tan amansados que aún los seguimos recibiendo de manera
gratuita, sin rebelarnos más allá que una condena en el Parlamento
de Andalucía y miles de letras de Carnaval. Ellos nos facilitaron
las máquinas, y nosotros pusimos la mano de obra, parece mentira que
nos peleemos porque ninguno quiera hablar castellano, en lugar de
convertirnos en federaciones hermanas.
Así pues, que disfruten lo que queda
de Andalucía, antes de que se convierta en Miarmalandia, algo que
sucederá el 25 de marzo, cuando el himno pase a ser La Macarena, la
bandera pase a ser el pendón de la madre de Arenas
la cofradía de Triana y el padre de la nación Andaluza no sea Blas
Infante y su mártir Caparrós aquel 4 de diciembre, sino José María
Del Nido y Sergio Ramos.
José
Sánchez-Werssminer Pérez
wai la entrada!! un bcit0o
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