Será que el frío aprieta y no tengo
abrigo o quizá que las rebajas comienzan y aún no sé qué
auto-regalarme por reyes para acertar, que tengo ganas de ir de
compras. Sé que es de psiquiatra, no lo niego, porque más que ganas
hay que tener necesidad.
Ir a un centro comercial justo antes de
reyes es demasiado mainstream, y lo comprobemos aquellos que nos
íbamos a la zona 14 de aparcamiento, donde no había ni un alma y
podías aparcar de manera rápida, sencilla, y sin darle a ningún
coche. Si tienes suerte y no tienes que dejar el coche en la copa de
un árbol, esfuérzate por recordarlo, son esas las anécdotas que
contarás a tus nietos algún día.
Aunque esté a dos velas, y las haya
encendido con un par de piedras pues no tengo para cerillas, mi
dignidad no me deja pelearme por el papel para envolver regalos de
las grandes tiendas. Por ahí no paso. Puede que coja algo de fiso,
pero porque nunca soy capaz de encontrar donde empieza, y en esos
sitios siempre está muy bien puesto. Si acaso, cogería un poco para
envolverlo en casa, pero porque está ahí para los clientes. A lo
mejor he envuelto alguna vez un balón con papel de una tienda de
electrodomésticos, pero porque quedaba gracioso.
No voy a relatar aquí las heridas de
guerra que padecí para conseguir unas botas, puede que tenga que
explicarlo más veces si la endeble tiparraca que quería quitármelas
cumple su amenaza y finalmente me lleva ante los tribunales, pero
bueno, no me importa, siempre podrá tener un “accidente”. Y si
ya los zapatos provocan pequeños conflictos internacionales, los
complementos son aún más peligrosos. Como no hay tallas podemos
guiarnos únicamente por nuestros instintos básicos. Lo mejor de
todo esto es que a la hora de disputar por él, la hebilla de un
cinturón es muy eficaz para convencer. Pero no es violencia, yo lo
llamo técnica alternativa de concordia inmediata. Es lo que usará
Rajoy con los sindicatos.
Y además, por aquello de seguir usando
símiles relacionados con el mundo de la moda, seguro que nos pide a
todos que aprendamos de lo elegante que iba siempre Camps y que por
supuesto nos apretemos un poco más el cinturón. Lo malo es que con
estas temperaturas usamos bufanda, y si nos la ajustamos un poco
más...
Ana Ramos
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