Andaba hoy por la calle, pensando en
escribir un artículo sobre el negro futuro que se nos avecina y
preocupado porque no me imagino cómo hacerlo interesante, que llame
la atención y que no sea uno más entre tantísimos editoriales y
columnas apocalípticos. Ahora que está el PP menos, aunque sólo
sea porque hay más periódicos de derechas y hacen referencia al
crack que sufriría la economía española si su gobierno no supiera
usar las tijeras.
En esas estaba cuando me percaté de
que en una de las calles de mi pueblo había una placa conmemorativa
alabando las virtudes de un personaje histórico. Nunca antes la
había visto, ni sabía que nunca hubiese vivido aquí nadie
importante. Falto como estoy de una cámara de fotos o en su defecto
de un móvil capaz de echar fotos que se distingan de manchas
deformes, intentaré contarles lo que se encontraba en la placa en
cuestión.
En la parte superior, y para hacer gala
del poco gusto de la clase política por aparecer en este tipo de
cosas, aparece el nombre del entonces alcalde, quien nombra hijo
predilecto de Rianxo do Percebe a Jack García, viajero del tiempo
que vivió entre 1741-1783 y residió en nuestra localidad en los
períodos 1915-1935 y 1986-1997. Acto seguido comienzan a exhalar sus
virtudes y su trabajo por el reconocimiento del pueblo en otras
épocas y lugares... sí, exhalar, por la desgana de alabar lo que ha
hecho bien otra persona que encima no puede ni votar al alcalde que
lo nombra hijo predilecto porque en el registro civil aparece como
“Fallecido desde 1783”.
Esto me hizo pensar en que los viajes
temporales, como las meigas, haberlos haylos, sólo que los llevan a
cabo personajes que no se preocupan por el resto de la humanidad y
les dice cómo salir de la crisis, usar el hidrógeno como
combustible eficaz, o simplemente el resultado de la próxima
quiniela.
Aunque realmente veo más lógico que
estos señores inventores, dotados de una gran visión de futuro, y
de pasado, comprendieran que para lo que nos espera, mucho mejor
mantenernos en la incertidumbre, para que al menos los más
responsables intenten llevar a buen puerto nuestro devenir. Y es que
si supiéramos la verdad, ni el anarquista más optimista seguiría
pensando que el ser humano es bueno por naturaleza, sino que se
precipitaría junto con el resto de la sociedad al fin que nos
anunció nuestro Jack García particular.
Personalmente, si me encontrara con uno
de estos personajes, más que preguntarle por cuándo volverá a
primera el Depor o por mi vida futura, y haciendo un acto caritativo,
le pediría que devolviera a Cayetano de Alba a la Edad Media. No
solucionaría nada, pero todos saldríamos ganando.
Mario Goti.
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