2 nov 2010

Perdona, mi amigo imaginario me está llamando

Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están? Pues verán, sobre el producto que hoy que será presentado hay mucho que decir, pero también que callar ya que se trata de esto último. El público al que está dirigido el artículo de hoy es aquel que, para contarte algo sin verdadera importancia, te mantiene ocupado tanto tiempo que olvidas sobre qué empezó a hablarte:

  • Condensador de Discursos:
    • Si tiene por vecino a alguien que cuando le coge distraído le cuenta la vida de su perro, incluida la de los antepasados de la mencionada mascota, cuando usted lo único que le dijo fue “Ay, qué gracioso es el perrito”, este condensador de discursos le permitirá a su vecino ahorrarse tantísima información innecesaria y hará que su interlocutor responda: Sí.
    • Este Condensador de Discursos ha sido desarrollado por la Facultad de Ciencias Sociales de Andorra, expertos en cosas reducidas.
    • El mecanismo de este condensador permite hacer un resumen de la parrafada que te llegue, eliminando de esta manera la totalidad de las palabras vacías que componen el mensaje de kilo y medio, aumentando de esta manera la velocidad de la comunicación.
    • Este invento ha de usarse con responsabilidad, ya que en ocasiones el sintetizador de discursos puede devolver una respuesta nula, dejando en completa evidencia a quien lo pronunciase, como ha ocurrido con los políticos en los mítines. Además podría volverse en nuestra contra si los profesores lo usan para los exámenes de historia y literatura, dejando nuestros 3 folios, escritos por delante y por detrás, con letra pequeñita e interlineado 1’5, en tres tristes párrafos, sin adornos y que bajan la nota del examen hasta rozar el suficiente, así que debe usarse con cuidado.
    • En caso extremo de parloteo incesante, el Condensador de Discursos posee un botón del pánico, que le permite a usted crear la excusa perfecta para huir de tan molesta charla, quedando incluso bien con el charlador profesional.

El Condensador de Discursos cuesta mucho menos de lo que se gasta la Seguridad Social en pastillas para el dolor de cabeza provocado por la charla continua y molesta. Si usted lo quiere, llame al 6813213455 y antes de que su vecino le cuente el sacrificio que hizo su abuelo para comprarle los primeros zapatos cuando usted sólo pedía un poco de sal, el inventor del Condensador de Discursos (un hombre del tamaño de un Playmobil que se condensó a si mismo) llamará a su puerta con nuestros productos y la factura. Si conoce de alguien que pueda necesitar alguno de estos artículos, no dude en hacer publicidad.

El sábado a eso de la hora en la que yo mismo vuelva a extender de manera tan clara lo poco que tenga que decir, les ofreceremos las novedades que nos vayan llegando desde China (esto viene siendo que dos cosas iguales, son lo mismo), recordando que, a quien no le gusten nuestros artículos, siempre tiene la opción no comprarlos.

*El inventor del Condensador de Discursos (un hombre del tamaño de un Playmobil que se condensó a si mismo) no devuelve cambio. La garantía de nuestros productos dura el tiempo que tarda el mencionado vecino en cogerte despistado y contarte su vida por quinta vez en dos días. No nos denuncie ante el CPP (Colectivo de Personas Pesadas) o le diremos que no entendemos su idioma y que vayan a darle la vara a otro. Que nadie se enfade más de lo preciso, si me conocen, se nota cuando va en broma y cuando con un poco de mala idea/leche/follá, pero me tomo diariamente el Educaciolgrim y a mí, me funciona.

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